29/4/12

Algunas cosas nunca cambian(?)

“Algunas cosas nunca cambian”

Sacás la frase como anuncio comercial, seguramente de allí lo tomaste (y me pregunto si ahora verás más televisión que antes, si ya compraron una nueva caja de imágenes –o pantalla plana– , si estás más tiempo en casa del Armero, si la vecina les dejó el electrodoméstico prestado...). Apenas unos minutos atrás robaste algo de mi comida (como siempre, como si estos meses no hubiesen pasado nunca), pellizcaste el platillo y te quejaste del sabor pues “algunas cosas nunca cambian”.

Nos encontramos a mitad del edificio casualmente, como la primera vez y (ya que “algunas cosas nunca cambian”) volvió a temblar (no sólo como hace unos días, sino también como aquella ocasión en que llegué tarde y corriendo al andén y vos estabas ahí sin saber que yo llegaría y yo caminé lentamente porque no tenía ni puta idea de que estabas allí y nos vimos y nos saludamos y fuimos).

House me suelta la frase recurrente "Nada cambia nunca".

Idiotas, los dos nos equivocamos.

Somethings do change.

"Oh baby please make a change (please make a change)
Please make a change (oh please make a change)
Baby please make a change (please make a change)
Why don't you please make a change (please make a change)
Please make a change
I think it will do you good"[1]
 ______________________
[1] Baby, Please Make a Change by Hugh Laurie.

17/4/12

Please, never ever die

Finish him!

Frase de la saga de videojuegos Mortal Kombat


Come on, get down with the sickness

Disturbed


Everything up until the killing, well that'll be a gas

Marv en Sin City


Espasmo estomacal. Cúmulo sanguíneo amortiguado de manera súbita en el unguento de la bilis. Mi romance químico suena: “Give'em Hell, Kid”. Es una señal (¡debe serlo!). Metallica me da bandera verde: “Searching, seek and destroy! SEEK AND DES TROY!!!” Luego: Hammer Smashed Face Cadáver caníbal soy. ¿Sigue vivo? ¡Qué mejor!

14/4/12

"Childhood's End" (by Iron Maiden)[1]


En la entrevista que Susana Pajares Toska realiza a Paz Soldán[2], él señala que el mundo de la adolescencia ha sido poco novelado en la literatura latinoamericana y que, para el desarrollo de una Bildungsroman, resulta necesaria la presencia de un protagonista que se encuentre en esa época de su vida (en la justa frontera donde parte de la niñez y la adultez se mezclan a placer y conveniencia –algunas veces– del individuo). Sin embargo, la frase famosa de Einstein (“Dios no juega a los dados”) debe hacer eco cada vez que uno lee (cualquier cosa): nada es gratuito, quiere decir que en el caos (quizá, especialmente allí), las cosas están por una razón específica; puesto que una novela es una selección de elementos dentro de un sistema, ninguno de éstos está allí por mera coincidencia (esto no quiere decir que Todo lo contenido en una novela sea puesto conscientemente por el autor[3]). Así que, ¿por qué tomar la novela de formación como estructura base? Artl y Junot Díaz (El juguete rabioso y La maravillosa vida breve de Óscar Wao) también retoman la forma, parece indicar un patrón.

La figura del adolescente (quien tiene expectativas respecto a su futuro y quiere plantarse en el mundo con pisada fuerte, firme y duradera) bien puede ser una imagen de la latinoamérica que busca todavía decir qué es, como si el “continente”[4]
aún estuviese en esas cuitas, especialmente tras renegar de la tradición que fue impuesta –sin preguntar siquiera– a la siguiente generación si estaba dispuesta a aceptarla como algo vigente, que aún dijese algo de ella. Ese cliché tradicional, que harta, lo muestra Mario Martínez quien ya está cansado de la literatura a la cual se afilió; le nace el deseo de escribir una novela del crimen (casi) perfecto, donde el detective dejara impávido al mismo Holmes; quiere alzar su voz y dejar huella en ese camino que ha disfrutado, pero dejarla a su manera (tan superlativa que supere todo lo escrito hasta el momento). Mas no es literatura de América Latina, sino de habla inglesa. Nuevamente (como en La maravillosa vida breve...) el epígrafe revela algo: la familia como un sistema inútil de vínculos. Óscar Wao pierde su identidad sin proponérselo, Mario Martínez la rechaza a priori; no tiene la duda ni el afán de aferrarse, sino la desecha y quiere armarse otra (por eso la vinculación con otra lengua y otra tradición), pero quiere ubicarse: necesita un presente desde el cual pueda ver y hacer. No sólo él, sino sus compañeros de colegio; todos hacen otras cosas mientras el himno nacional es entonado y la bandera recibe honores: la patria la conciben irrelevante, “el país que herdarán y que espera molto” de ellos no les interesa porque ellos no lo escogieron y, de cualquier forma, está en una crisis que ellos no provocaron pero que deben resolver en un futuro[5].

Además, el símbolo del adolescente consiste en el rebelde (con o sin causa) por antonomasia. Por eso todos los estudiantes de ese colegio pueden unirse en las burlas hacia el director, pueden ponerse aretes en los oídos y aún así ser aceptados en la comunidad estudiantil (más el bono extra de ser el mejor de la clase); por ello pueden llegar a los extremos (aunque sea en pensamiento) para marcar la originalidad de su inestabilidad, de su propia crisis. La contraparte (también señalada en el texto): esas muestras radicales incrementan su intensidad hasta llegar a límites insospechados (que parecen completamente absurdos), mas (quizá) necesarios[6]. Porque todo certifica nada; ser único o de la masa no asegura más certeza que la ser/estar en el momento que corre[7] y muere. Con o sin eterno retorno –especialmente sin– , “la experiencia no los salvaría de nada” y el aprendizaje sólo ocurre cuando no hay más oportunidades; se ve el tren que viene encima demasiado tarde y generalmente se cree que es la luz al final del túnel[8].

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[1]"Final de infancia" (La traducción es mía). Título de canción del grupo Iron Maiden en su disco Fear Of The Dark.

[2]“Entrevista a Paz Soldán” en http://utopiaydesencanto.blogspot.com/2012/02/entrevista-paz-soldan.html Consultado el 23 de Febrero de 2012.

[3]Freud bien muestra que en el uso del lenguaje hay deslices que rebelan otras cosas, las cuales incluso pueden contradecir lo que se desea expresar ––generalmente por omitir información (in)conscientemente

[4]Uso las comillas porque en realidad las fronteras físicas no son suficientes ahora para decir qué o quién es latinoamericano y qué o quién no, parafraseando una canción de Mägo de Oz: ¿puede una frontera determinar el país de una flor?

[5]Y detrás de todos esos insultos que tildan de homosexual complaciente y pasivo en las relaciones sexuales al director del colegio, considero que va el reclamo (que el adolescente no sabe expresar en el momento): “¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? No fue mi culpa, yo acabo de llegar”; y como casi toda reacción puberta/pueril, aunque tiene razón, también peca de egoísta: en efecto no fueron la causa, pero por su propia subsistencia deben intentar “arreglar” los destrozos; aunque no sea con las mismas ideologías de sus predecesores, pero hacer algo al respecto y no revolcarse en la inmundicia (que parece imparable).

[6]Especialmente en una época donde nada se escapa a la taxonomía, incluso lo marginal entra en la norma: los modos “alternativos” de vida (legales e ilegales), las (para)filias, fobias, manías, vicios, virtudes, etcétera son categorizables: para poder delimitarse como único se requiere algo radicalísimo. “... las cosas raras con las que nuestra generación procuraba ser diferente a las anteriores y a las posteriores. Pobre mi hijo, lo que le tocaría hacerse en el cuerpo para afirmar que su inestabilidad era única”.

[7]No puedo evitar pensar en una canción del grupo Kansas, “Dust In The Wind”.

[8]Una de las leyes de Murphy explicada en “No Leaf Clover” de Metallica “Then it comes to be that the that the shooting light at the end of your tunnel was just a freight train coming your way” (“Resulta que la luz disparada al final del túnel era un tren de carga yendo hacia ti”. La traducción es mía).

12/4/12

Las diferentes muertes de Dios


La frase “muerte de Dios” reminte principalmente a Friedrich Nietzsche, al nihilismo, incluso al ateísmo. Evidentemente tiene una resonancia teológica, especialmente para las tradiciones católicas y cristianas donde Dios sacrifica a su hijo (y por lo tanto a sí mismo debido al misterio de la Santísima Trinidad) para erradicar los pecados del mundo.

Sin embargo, dicha muerte también tiene otras implicaciones menos optimistas. Dios no muere por dicha salvación, sino porque también puede perecer, dejando así en orfandad a todas sus creaturas y a todo el cosmos que forjó. Es decir que, Dios como fundamento principal de todo conocimiento, como verdad absoluta de las cosas, como única explicación funcional para el mundo cae a causa del peso que debe sostener ya que resulta demasiado y Él, insuficiente.

Este tópico fue tratado por Nerval,, por Jean Paul, por Vigny [1] y por Nietzsche. Mas, la muerte de la divinidad resulta de la evolución de un ateísmo patente en Jean-Paul. Aunque, en los cuatro autores puede verse el gesto de remover al fundamento principal para dar pauta a otro tipo de pensamiento, claramente aparecen diferentes formas de sobrellevar dicho proceso; especialmente, la ruptura entre Nietzsche y el resto debido al cambio de la perspectiva del hombre al respecto: mientras que Nerval, Vigny y Jean-Paul sólo reciben pasivamente la desaparición de la divinidad (en los primeros dos, la muerte; en el último, la inexistencia), Nietzsche hace responsables a los hombres por ello pues no refiere a una muerte sino a un asesinato.

Para ello, se analizarán dos textos referentes a Cristo en el monte de los olivos de Nerval y de Vigny, y el “Sermón de que Dios no existe” de uno de los Sueños de Jean-Paul; de modo que tras cotejar las diferencias y similitudes puedan dilucidarse las perspectivas que aparecen en los textos respecto a la “muerte de Dios”.

En primer lugar, el texto de Jean-Paul, que marcará a los otros tres pues funciona como influencia directa [2], muestra los elementos que señalan la ausencia de la divinidad: un caos cósmico:

“Busqué el sol en el cielo vacío de la noche pues creí que la luna lo habá ocultado en un eclipse" [3], aquí, el narrador parece percatarse de que algo va mal pues un elemento cotidiano falta y otro aparece, la oscuridad.

“Escuché sobre mí la palpitación de aludes y avalanchas, y debajo de mí el primer sacudimiento de un terremoto inconmesurable. La iglesia trepidaba con dos chirridos interminables que luchaban en su interior y en vano querían unirse en un acorde"[4], El terremoto y los aludes junto con los sonidos incapaces de conciliarse dentro de la iglesa indican un cataclismo.

Ahora, dentro en los diálogos dichos por Cristo dentro de la narración del sueño niegan tres veces la existencia de Dios:

[...] todos los muertos gritaron:

–¡Cristo! ¿No existe Dios?

Él respondió:

–No existe [5]

“¡Suenen estridencias y chirridos a las sombras pues él no existe!"[6]

–Jesus, ¿no tenemos padre?

Y él respondió con lágrimas torrenciales:

–Todos somos huérfanos, Yo y vosotros no tenemos padre[7]

En las tres menciones se señala que Dios no existe, un ateísmo marcado:

"Jean-Paul no escribe propiamente sobre «la muerte de Dios» sino sobre su inexistencia, es sin duda el antecedente más próximo –e incluso necesario– sin el cual sería imposible comprender la evolución de este tópico que va desde «Dios no existe» de Los sueños de Richter [y el "Cristo en el monte de los olivos" de Nerval], hasta el pasaje de "El hombre loco" de La gaya ciencia de Friedrich Nitzsche [8].

Además de la simbólica triple negación de la existencia de Dios en boca de Jesús (las mismas veces negó Pedro a Jesus); el gesto es similar al de la muerte de la divinidad: la pérdida del fundamento.

Luego, la añoranza de dicho fundamento, que ya aparece desde la última negación cuando Jesús responde con “lágrimas torrenciales”:

“Oh, padre, oh padre, ¿dónde está tu pecho para que en él yo descanse? Ay, cuando cada yo es su propio creador y padre, ¿por qué no puede ser también su propio ángel exterminador?..."[9].

Aquí, Jesús dice que extraña a su padre. Pero también ya muestra otra cosa, una postura un poco diferente a la de sólo padecer la desaparición de la divinidad: “ser su propio ángel exterminador”; el dolor de tener que ser su propio creador y padre orilla al hombre a querer ser su propio verdugo, pero ya es una leve reacción ante ello, mas una destructiva; aún así, quien se percata de la inexistencia de Dios, en este caso su propio hijo, todavía es un mero paciente de la situación.

“–Yo era feliz en ella [mi tierra], tenía mi padre infinito [...] Ay, vosotros, felicísimos habitantes de la tierra, todavía creeís en él"[10].

Además de extrañar a Dios también marca la diferencia entre dos tipos de personas: aquellas que, como Jesús, se han percatado de la pérdida de Dios y aquellos habitantes de la tierra que aún creen en Él.

“Mortal como yo, si aún vives, adóralo, si no, lo has perdido para siempre"[11].

La nostalgia por el fundamento llega a un grado tan grande para el que la padece que exhorta a quienes aún lo poseen a que lo disfruten, incluso a que lo mantengan vigente pues no existe consuelo para esa ausencia. "El sueño en todo caso tiene la intención de recobrar la fe perdida, mejor aún es una advertencia –cuando no una abierta amenaza– contra el proceso de la pérdida de la fe"[12].

En cuanto al texto de Vigny, hay pocas alusiones al caos:

Si las naciones son mujeres conducidas

por las estrellas de oro de las ideas divinas

o son locas criaturas sin lámpara en la noche

tropezando y llorando y a las que nadie guía[13].

La otra consiste en el silencio de la divinidad, Jesús le habla a su padre, pero sólo responde el silencio o el viento, jamás Dios. Dicho mutismo puede leerse como un doble símbolo: caos y ausencia:

Se postra de rodillas, la frente contra el suelo,

y luego mira al cielo: «¡Padre mío!», invocando.

–Mas sigue negro el cielo y Dios no responde[14].

[...] Vanamente lo invocó tres veces:

¡PADRE MÍO! Y respondió a su voz sólo el viento[15].

Dicho silencio es sepulcral. No indica que Dios no exista o que haya muerto, simplemente indica que no está. Debido a la presencia de Jesús y a que le habla, podría pensarse que Dios, dentro del poema, existe; pero, dicho silencio implica su muerte. Aquí aparece un elemento distinto que el del texto de Jean-Paul: Dios sí existe, pero ha muerto.

el Cielo nos dejó como un mundo abortado

el justo le opondrá el desdén de la ausencia,

y no responderá sino con frío silencio

al eterno silencio de la Divinidad.

Sin embargo, el sujeto permanece paciente ante ello. Únicamente propone una reacción, pero de la propuesta no pasa. Recibe tormentosamente la ausencia de la divinidad.

Nerval retoma con más nitidez las características presentes en Jean-Paul. Como el caos, mediante elemtntos como el “sol yermo”, las “esferas errantes”, la “órbita vasta, negra y sin fondo” que ocupa el lugar donde estaba el ojo de Dios[16], el “universo aturdido que se inclinaba sobre sus ejes” y el Olimpo precipitándose hacia el abismo[17]. Del mismo modo, continúa con el señalamiento de dos tipos de personas: los dormidos y los despiertos. En este caso, al igual que en el texto de Vigny, los apóstoles duermen.

Sin embargo, continúa con esa evolución de ateo a deicida cuyo primer paso se nota en Vigny. No llega a matar a Dios, pero ya expresa que ha muerto; incluso aparece la frase “¿sabéis la buena nueva?"[18]. De hecho, hay un llamado a un criminal, al “único –despierto en Solima"[19], a Judas, pues “al menos tiene la fuerza del crimen"[20].

"[Para Nerval,] si «Dios ha muerto», si «Dios ya no es», si «todo ha muerto» quiere decir que Dios vivía, que Dios era, que todo era, pero ya no es, a diferecia de Richter donde Dios simplemente no podía participar del ser de ninguna forma en ningún tiempo, en Nerval el ser no es una cualidad vedada para Dios, fue, ya no es".[21]

En el caso del hombre frenético de Nietzsche, aunque retoma el caos (la noche en pleno medio día) y la diferencia entre dos tipos de individuos (en este caso el que se percata que han asesinado a Dios y los ateos), ya hay deicidio. Dicho hombre, que corría por la plaza con una linterna gritando que buscaba a Dios recibió las burlas de los ateos: "¿Se te ha perdido?" "¿Tiene miedo de nosotros?" "¿Se ha ido de viaje?"; con ello, muestra una evidente ruptura entre lo propuesto en Jean-Paul, un Cristo ateo, y la cumbre del gesto que parece iniciado en Nerval con el llamado a Judas. Porque, no es un padecimiento de la muerte, ausencia o inexistenca de la divinidad, es el asesinato de la misma.

Hay una diferencia enorme entre "Dios ha muerto" y "matamos a Dios". "Nietzsche supera la voz pasiva, y no sólo en la relación con la estructura lingüística del pasaje. Dios no sólo ʻha muertoʼ, sino que fue ʻasesinadoʼ"[22]. La consecuencia parece la misma, incluso el gesto es el mismo, la anulación del fundamento total; sin embargo, al hacer que la responsabilidad de dicha ausencia recaiga, ya no en un evento accidental o fortuito sino, en el hombre mismo, genera instantáneamente otro tipo de reacción.

[...] Nietzsche no sólo elabora una filosofía crítica: si bien bajo su martillo caen los viejos ídolos, no todo es labor crítica y destructiva; hay una propuesta creativa que nos habla de la posibilidad de inagurar una nueva era en la cual el superhombre sustituirá al hombre-masa que hasta ahora ha dominado la historia de la humanidad[23].

Esta propuesta creativa aparece en boca del hombre frenético :

¿Cómo podremos consolarnos nosotros, asesinos entre asesinos? [...] ¿Qué expiaciones, qué ceremonias sagradas tendremos que inventar? [...] ¿Tendremos que convertirnos en dioses, o al menos parecer dignos de ellos?[24]

Mas, al final, dicha propuesta cae por una frase fatídica: “vine demasiado pronto"[25]. Cuando el hombre loco llega a la plaza y ve que los demás hombres lo ignoran, asume que aún no es el momento para que los hombres se den cuenta de lo que han realizado ni de la magnitud de las consecuencas que su acto tendrá; incluso termina arrojando la lámpara hacia el suelo. Pero, ya no aparece la añoranza del fundamento que había en Jean-Paul. El hombre frenético asume completamente la responsabilidad de la muerte de Dios y busca que el resto de los hombres haga lo mismo; ya no lo padece, reacciona completamente ante ello.

Viendo en este orden los textos aparece una especie de evolución dentro de cómo se vive la muerte de Dios: Dios no existe (Jean-Paul). Dios puede existir pero no se manifiesta (Vigny). Dios ha muerto (Nerval). Matamos a Dios (Nietzsche). En los tres textos aparecen varias constantes: el caos cósmico, la ausencia de la divinidad y que una sola persona pilla que Dios falta (ya por muerte, ya por inexistencia) y lo divulga (triste o irónicamente).

El gesto crucial no consiste tanto en la muerte de Dios sino en responsabilizar al hombre por ello; no es lo mismo decir “se murió” a “lo matamos”; por lo tanto hay una obligación de asumir otra postura al respecto. Como en Nerval, Jean-Paul y Vigny se ve a la muerte de Dios como algo que simplemente acontece por mera inerca, aparece la añoranza por ese fundamento absoluto; sin embargo, el hombre frenético de Nietszsche, al saberse responsable de la muerte de la divinidad, no puede permitirse extrañarlo.

Bibliografía

· “4. La ilustración alemana. 4.3. Las sombras de las luces: Hamman, Herder, Jacobi, Jean Paul: Discurso”. 16 pp. Rescatado de http://www.ugr.es/~jnebreda/docencia/hfm2/hfmdos43JeanPaul.pdf (Consultado el 30 de Mayo del 2011).

· "Capítulo 2: El movimiento romántico y sus conceptos estéticos". Rescatado de http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lhu/marquez_c_pa/capitulo2.pdf (Consultado el 30 de Mayo del 2011). pp. 26-48.

· Gilles, Deleuze. Nietzsche y la filosofía. España, Barcelona: Anagrama. 7a. ed. 2002. pp. 207-275.

· Nerval, Gerard de. “Cristo en el monte de los olivos”. Las quimeras. España: Cátedra. pp. 99-103.

· Nietzsche, Friedrich. La muerte de Dios. México: UNAM 1a reimp. de la 1a ed. (2003). 2004. 45 pp.

· Paul, Jean. “Sermón de que Dios no existe”. Sueños. México: Premia. 1990. pp. 48-57.

· Perea, Isaac Moctezuma. “Nihilismo y Romanticismo; alcances de la muerte de Dios y la transvaloración en Nietzsche” en Konvergencias, Filosofíaa y Culturas en Diálogo. Año V. No. 17. Abril 2008. pp. 139-164. Rescatado de http://www.konvergencias.net/moctezumaperea170.pdf (Consultado el 30 de Mayo del 2011).

· Sánchez, Maximiliano. "Nietzsche: De la genealogía a la muerte de Dios" en Observaciones filosóficas. No. 9. 2009. Rescatado de http://www.observacionesfilosoficas.net/nietzschedelagenealmuertedios.htm (Consultado el 30 de Mayo del 2011).

· Vigny, Alfred de. “El monte de los olivos”. Obras completas. pp. 337-385.

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[1] Explícitamente, “El monte de los olivos” no señala que Dios haya muerto, pero la insinuación del silencio sepulcral permite pensar en ello.

[2] Incluso Nerval lo hace explícito no sólo por el epígrafe con el que comienza, sino también por la narración misma.

[3] Jean-Paul. “Sermón de que Dios no existe”. p. 49.

[4] Ibidem.

[5] Idem. p. 51.

[6] Idem. p. 53.

[7] Ibidem.

[8] Isaac Moctezuma Perea. “Nihilismo y Romanticismo...”. p. 142.

[9] Idem. p. 55.

[10] Ibidem.

[11] Idem. p. 57.

[12] Isaac Moctezuma Perea. “Nihilismo y Romanticismo...”. p. 146.

[13] Vigny. “El monte de los olivos”. p. 383.

[14] Idem. p. 377.

[15]Idem. p. 379.

[16] Nerval. “Cristo en el monte de los olivos”. p. 101.

[17] Idem. p. 103

[18] Idem. p. 99.

[19] Idem. p. 103.

[20]Ibidem.

[21]Isaac Moctezuma Perea. “Nihilismo y Romanticismo...”. p. 151.

[22] Idem. p. 162.

[23] "Presentación” a La muerte de Dios. p. 8.

[24] El "hombre loco”. La muerte de Dios. p. 24.

[25] Idem. p. 25.

5/4/12

Identidad()es...

Uno de los temas que retoma La maravillosa vida breve de Óscar Wao es la identidad. Se advierte en el epígrafe de Walcott "tengo algo de holandés, negro e inglés/así que o no soy nadie, o soy una nación". Óscar, durante la primera parte de su vida ("El nerd del ghetto en el fin del mundo (1974-1987)") pasa una gran crisis debido a las características que le adjudican por su simple nacionalidad: dominicano. El niño tenía claro su rol como insignia nacional, incluso tuvo dos novias al mismo tiempo (caricaturesco Don Juan infantil), bailaba "el perrito", tenía la sangre ardiente revolucionando sus venas. Después de eso, todo cambia. Sube de peso, se vuelve ese nerd del ghetto con visiones apocalípticas donde él resulta Héroe Humano (cliché de cómic futurista); es decir, deja de ser "dominicano". Ya no puede tomarse a Óscar como digno representante de su nación; incluso por un momento trata de aferrarse a ese pasado "Tú no eres dominicano. Y él contestaba, una y otra vez. Claro que sí lo soy. Soy dominicano. Dominicano soy"; pero el mundo que lo ve se lo impide ya; pues no cumple con el horizonte de espectativa.
Así como Óscar, todo el continente sufre por esa pérdida de Maritza y todo el continente sube de peso, se aisla y se aferra a una identidad evocada por otros, impuesta por otros, pues la visión sob
re los latinoamericanos ––así denominados todos aquellos habitantes del continente americano que no pertenecen a la norteamérica muy del norte: Estados Unidos y Canadá–– los mantiene en el estereotipo del sujeto como potencia sexual materializada, piel morena, religiosidad sincrética, música salsa (ahora parece más impuesto el reggaetón[1]), etcétera; no son todos los rasgos que definen el estereotipo o prototipo del latino, pero dan una clara muestra de dicho exotismo, alimentado (en mayor medida durante el siglo XX) por nosotros mismos[2]. Para ello basta observar frases como "es que es México", "es que es latino", "es que soy tepiteño", "es que es de Iztapalacra". Con ese "es que es..." se subdivide el mundo, planteado en teoría de conjuntos: está el conjunto universo que contiene a los subconjuntos "Mundo Normal" y "México"[3]; éstos nunca se intersectan en ningún punto, pertenecen a un mismo sistema, pero su composición interna difiere al grado de parecer otro planeta. En cierta medida, parece adecuado. La identidad es importante para definir qué se es, cómo se es, para qué se es. Sustenta la existencia y la vida.
Sin embargo, un mundo, cuya expansión constante obliga al individuo tener esas cuestiones completamente claras, a latinoamérica le pesa enormemente porque se explica a sí misma (como ya se mencionó) con una hipérbole de lo que terceros dicen de ella; además, el territorio "físico" está poblado de entes (a veces, personas) no tan arraigadas, personas que buscan "más allá de [la] familia, más allá del español" y que no se sienten identificados ya con su país de origen[4]; cerebros y vísceras en busca de fugarse lejos.
Pero no sólo la frontera territorial se difumina en la sociedad globalizada, sino que también el individuo debe forjarse como único; también debe romper el límite temporal: rebelarse contra el pasado, la ruptura con los padres, los abuelos, la familia que precede. La hermana de Óscar lo demuestra. Nosotros mismos nos vemos en esa mujer: metaleros hispanos, punks defeños, rockeros latinos; con estos ejemplos basta para mostrar el quiebre. Tres "modas" (ideologías, en realidad) que saben tan ajenas al "lado de Acá" que incluso se ven raro en la actualidad[5]. Pasar por el tianguis del Chopo o meterse al bazar artesanal de Coyoacán muestra pequeños satélites de contracultura atascados de generaciones rebeladas contra los paradigmas parentales, políticos, sociales, etcétera (que ahora parecen más pretexto que motivo); contraculturas que de a poco se tornan también en ese país que un día perderá sus fronteras también.
Esas taxonomías sólo para explicarnos a nosotros mismos y poder proyectarnos con el temor de no diferenciarse reducido; pero la sociedad cosmopolita parece disolverlo todo, volverlo una sola masa, ese parece ser el precio de la sociedad global: no límites ni para identificarse[6].
__________________________

[1]Para desgracia nuestra. Personalmente me gustaba más cuando era la salsa el himno continental.
[2]Asumir que el realismo mágico de García Márquez no resulta una invención sino una realidad inmediata, que los paseos azarosos y coincidentes de Oliveira por París (que esas cosas extravagantemente exqusitas, como el pito de una locomotora que hace un contrapunto con una sinfonía que escucha del tocadiscos) ocurren por el simple hecho de que él es un argentino, un latinoamericano como nosotros. Esos gestos de identificación, aún en la crítica más asérrima del sistema (i)lógico en América Latina develan esa necesidad de asumir el molde que los ojos externos han puesto.
[3]Nombre, en realidad, intercambiable por cualquier otro que encaje en la expresión "es que es..."
[4]Una vez leí en Rumor de todas partes un poemario colectivo editado por La Orquídea Errante el siguiente verso (que parafraseo) "mi única patria es tu piel". Se prefiere al ser amado para adquirir una identidad; ya no al país, a la tierra, al nombre, al símbolo patriota; sino, a otro humano, a uno que se ame en específico: la frontera material desapareció y se erigió una nueva, más cerca del yo y más lejos del nosotros.
[5]Unos ejemplos gráficos: la estación del metro Guerrero un día veintiocho de cualquier mes, cualquier sábado en las estaciones Buenavista del Metro y Metrobús. [Nota extra: Los sábados se pone un tianguis: El Chopo en la estación Buenavista. Los días 28 de cada mes los fieles a San Judas Tadeo (en su mayoría chakas o reggaetoneros) van a una iglesia situada afuera del metro Hidalgo].
[6]Otro tanto podría decirse del internet y de los múltiples perfiles que uno se crea en redes sociales, los (video)juegos rpg que uno prefiere y demás para construir la identidad que se proyecta al mundo. La identidad si bien es tema de antaño, no es uno resuelto; aún está vigente porque es necesaria para transitar el mundo.

1/4/12

Personal MK

Al mismo(,) imbécil


I

[Clang clang clang... clang clang clang
clang clang clang... clang clang clang]

I'm not afraid to die.

No steps back

I'll remain here

I won't break the line

I'll remain my position

with my weapon ready

and my will untouched.

I'll stand my ground

tought and steady.

I won't let'em pass.

No steps back

I hear Leonidas yelling:
“give them nothing,

but take from them everything!”.

I don't know

if I can take something from them

I don't need to know that.

I know
(and it's the only thing I need to know)

they are not taking something from me.

“Tonight we dinner in hell!”

I don't know where I'll eat tomorrow.

I don't need to know that right now.


II

No steps back

Not even a single fucking step back

I'm not an spartan

and maybe this is a different war.

Perhaps it's not even a fight

just two people wanting to smash each other faces

just two bastards wanting to kill themselves

blowing up everything around them in the way.

I'm not here for The Cause,

that's not the entire reason.

I'm here, 'cuz I know he's here.

I can see his eyes throw the battlefield.

I know he's there.

He's not expecting me.

He doesn't imagine I'm standing in the front,

(does he? I don't really care)


III

We begin to march.

Run! Run! Run! Run!

. . .

No steps back

. . .

I can see'im.

. . .

I taste his/my blood spilled all over my face

. . .

Finish him!

. . .

He's crying. I'm crying. I don't care.

. . .