18/12/17

Tengo nostalgia de ti...



Tengo nostalgia de ti
hambre de ti
sed de ti
Tengo ausencias de ti en todo el cuerpo
Tengo memorias que debí olvidar
Tengo olvidos que debí guardar

Te tengo y no
Nunca te tuve
Pero tal vez aún te tengo
Siempre me tuviste
Pero no nos detuvimos
Y ese fue el problema
nos volcamos barranca abajo
sin preocuparnos de las rocas
ni del precipicio
Rodamos cuesta abajo
creyendo que era una llanura
y terminamos en el fondo de un pantano

Terminamos hundidos y ahogados
Y ahora que parece que al fin respiras
vengo a jalarte el pie otra vez desde el fondo

Contigo murió mi última esperanza
de reduplicarme en este mundo
de crear espejos infinitos de ti y de mi
para que el mundo fuera un poquito más zurdo

Tenés razón:
El frío
Siempre es el frío el culpable
El frío y diciembre traen nostalgias
Su proximidad ineludible
Su fatalidad tan despreciable
Su perpetuidad tan ingrata

Noviembre y diciembre son gatos groseros
felinos de arrabal que no saben comportarse
y despiertan a todos los muertos
a veces con nieve en las costillas.

15/12/17

Como en la escuela

Seguramente te acuerdas cuando en la escuela había un chico grande, robusto, con suficiente fuerza para poner a cualquiera en su lugar.  Quizá, generalmente lo veías con sus juguetes bonitos, esos que tú no tenías y que decías que no querías, pero que envidiabas secretamente. Si te llevabas bien con él, le hacías segunda en todo y dejabas que te echara la culpa de vez en cuando, a veces te iba de maravilla, te medio cuidaba y hasta te prestaba tantito las cosas que él ya no quería. Pero, si te llevabas mal con él o si por alguna extraña razón resultaba que te odiaba, la escuela podía ser un verdadero tormento.

Si estuviste alguna vez en la segunda situación, seguro sabes de lo que hablo: esconderte de vez en cuando para que aquel niño no te pegara, cuidar celosamente tus cosas o de plano no tener ninguna para que no te quitara nada. Soportar insultos y chismes que divulgaba sobre ti. Acusarlo con los profesores resultaba inútil, porque se escudarían con frases como “habla con él”, “ahorita no lo está haciendo”, “tienes que aprender a cuidarte” o “acúsalo con sus papás”. Nada de eso servía, porque en algún punto ya lo habías hecho. Incluso te fue peor por intentar solucionar así las cosas en vez de irte directo a los golpes.

Nunca te gustó tratar las cosas con violencia, porque así no es como se debe hacer. Pero un día fue demasiado. Un empujón o un simple comentario fue la gota que derramó el brazo y te lanzaste contra él: lo golpeaste o lo tiraste o le dijiste algo sumamente horrible, pero que merecía. Por desgracia y por falta de colmillo, un profesor te vio. Aquel se hizo el ofendido, hasta lloró; te acusó con los maestros y hasta con tus papás. Te tocó una regañiza, miles de preguntas de por qué te cae mal si él no le hace nada a nadie, es más, todos lo quieren, que has cambiado y que les preocupa tu comportamiento violento. Intentas reclamar, defenderte, explicar, pero no: el hecho es que los profesores dicen lo que vieron y sobre eso actúan tus papás. Te echaron castigos y castigos por sencillamente querer un poquito de justicia en el mundo.

Y sí, aunque es una anécdota de bullying, también es lo que está pasando en estos momentos con la dichosa #LeydeSeguridadInterior y la ahora #LeyMordaza. El pretexto de “dar a las fuerzas armadas un marco legal de acción” es simplemente dar un justificante al bully para que pueda seguir abusando de su estatura y de su fuerza con los más pequeños, sin que nadie le pueda decir que está haciendo las cosas mal. Políticamente se prepara el campo para tener argumentos legales, que sirvan de pretexto reivindicador de cualquier acto represivo por parte de las autoridades, actos que pueden ir desde un “sencillo” arresto durante una manifestación (si es que dejan hacer marcha alguna), hasta una desaparición forzada, enterrada en una montaña de burocracia, porque se trataba de “un peligro para el país” (y todavía falta ver qué definen como peligro o quién tiene la jurisdicción para definirlo).


Lo que resulta asombrosamente espeluznante es la sordera de los diputados y senadores. Uno está (tristemente) acostumbrado a que muestren un desprecio total por los intereses del pueblo, pero su actitud ante este tema es alarmante: se dieron el privilegio (como si no tuvieran suficientes ya) de ignorar recomendaciones de organismos internacionales en materia de derechos humanos; también, ignoraron todos los movimientos que rechazan dicha propuesta de ley, ignoraron (y pidieron “amablemente”) que se callara a un mexicano que opinó de política, porque su trabajo es hacer películas y no tiene por qué involucrarse en las decisiones del país. Parece ser que ese tuit reveló lo que piensa cada político: la sociedad está para servirles, no viceversa.

23/11/17

Sin título (Remastered)

De vuelta a ver papelitos viejos, me encontré con este esbozo. Una piececita de rompecabezas que no cabe en ningún lado, pero que no quiero que se pierda, como seguramente perdí ese nombre.
Pero el amor, esa palabra
Julio Cortázar

¿Qué nombre buscás? ¿Cuáles son sus verdaderas letras? ¿Qué idioma es el tuyo? Si la expresión en (la) lengua no basta, ¿cómo he de nombrarte? ¿Con cuál de todos los apelativos posibles advertirías que mi mano busca la tuya? Si me quedo sin palabras, no sabré cómo llamarte. ¿Con qué vocablo he de anunciar(me) tu presencia? ¿Con qué combinación de sonidos clamaré cuando estés ausente? Entonces sólo quedaría «//silencio//». De ese país soy un completo extranjero. Si únicamente me quedo con eso, seré invisible. No asistirías a mi llamado. Los ojos que te anhelan se mimetizarían con el ambiente, volviéndose otro par de globos oculares, espectadores ciegos. Es más. La lejanía por tu nombre se haría infinita; serías inalcanzable, ina(l)udible. Te destierras de mi voz. Me envías al exilio silente de ver tu imagen destilada sobre el horizonte, sin poder hablarte, ni con la boca ni con la mirada.

23/10/17

Lunes



El lunes no existe, son los papás

El lunes es una historia que le cuentan a los niños
para que se duerman temprano

¡Mamá! ¡Hay un lunes debajo de la cama!

¡Papá! ¡Hay un lunes en el armario!

También se esconden los lunes en los sótanos y en los áticos
Al menos eso les dicen a los niños
para que no anden husmeando en días que no deben

El lunes es un invento de las corporaciones
para vendernos iPods

El lunes es un invento de la burocracia

El lunes es un constructo social

El lunes es un terror nocturno
que se controla con el medicamento adecuado

Se rumora que si dices lunes tres veces frente a un espejo
mientras sostienes una vela con la mano derecha
el lunes se te aparece
pero no es cierto

Hicieron una película del lunes, pero les quedó fea

El lunes es un condicionamiento capitalista

El lunes es el monstruo de mil cabezas

El lunes es un cíclope ciego

Al lunes lo negaron tres veces antes de crucificarlo
¡El lunes no existe!
¡El lunes no existe!
¡El lunes no existe!
Y lo clavaron en un calendario, en el costado izquierdo
Pero el lunes no resucitó al tercer día
aunque hay quienes afirman lo contrario
El lunes nada tiene que ver con la luna

Los perros odian el lunes
Y en el lunes se orinan los gatos

El sol a veces parece lunes
pero siempre se le quita
sobre todo en otoño

El lunes es el peor día para morir
también el martes
el viernes
el domingo
el jueves
y el sábado

El lunes no es real
Sólo es un mal sueño, casi una pesadilla

El lunes se esfuma con las luces encendidas

El lunes (no) viene tras de ti

El lunes es ciego
y sordo
y mudo
y manco
y tuerto

Si ves mucho tiempo al lunes
el lunes te devuelve la mirada

El lunes apesta porque no se baña

El lunes no quiere ir a la escuela

El lunes odia trabajar

El lunes se lesionó una pierna
pero detesta quedarse en casa

El lunes quedó atrapado entre los escombros
o debajo de un camión
Nadie sabe a ciencia cierta,
pero saben que quedó debajo de algo muy pesado

Al lunes lo enterraron ayer

Hoy es lunes