3/9/12

Un letrado salvaje apareció [*]

Los detectives salvajes. Título irónico y doloroso por el adjetivo. Resulta una gran ironía porque aquellos que fungen como “detectives” (los que buscan, no saben qué, pero lo buscan con ahínco) tienen una cultura (si no letrada, sí) libresca; hijos que la primer modernidad siempre quiso: letrados, interesados en las artes y la cultura, con cierto afán crítico de las corrientes estéticas de su época. Sin embargo, el adjetivo “salvajes”, que puede tomarse de dos formas –“silvestre” o “bárbaro”– se antepone a la cualidad “erudita” de los personajes que parecen en la novela: son personas letradas en estado silvestre o que viven en la barbarie, en otras palabras, encarnan la distopía latinoamericana en la que devinieron todas las utopías que intentaron germinar en es(t)e suelo.
La historia, desde el principio, marca un referente claro: Ciudad Universitaria, la Facultad de Filosofía y Letras. La historia inicia allí: pues García Madero es invitado a formar parte de los real visceralistas debido a un taller de poesía. Sin embargo, esto no apunta a que por medio de la poiesis que la lengua evoca todo surja. La poesía es un pretexto, todo arte: un pretexto. Éste no puede guíar si quien lo crea no tiene rumbo y esos artistas tienen una meta, mas nunca se aproximan, caminan en otra dirección (no se puede decir contraria, pues eso sería muy específico, pero sí diferente)1. La poesía sólo les sirve para justificar sus reuniones y creer que hacen algo. Son niños perdidos que se creen en Neverland y siguen a un Peter Pan intermitente2.
Mencioné que el título dolía, pues uno –estudiante de letras/lector/escritor/poeta/artista/humanista (en el mejor de los casos)– puede identificarse fácilmente con alguno de los personajes o logra reconocer a colegas, amigos y maestros en rasgos, gestos, frases o ideas tanto de la novela misma como de algún personaje en particular. Verse en espejos rara vez causa esta reacción: uno se ríe al verse en espejos que deforman la figura, pero el reflejo en la novela de Bolaño, bien visto, no es para vanagloria ni para risa: “Yo” está reflejado allí y ese “yo” no parece muy distorcionado, parece una calca fidedigna.
Hace meses escuché en Comedy Central a un sujeto decir que le preocupaba su generación3: “Hablamos de la situación actual y decimos que es de locura; entonces, otro grita '¿Sabes qué es de locura? ¡Mi nuevo iPod!”. Así somos actualmente4: hablamos de política, en la biblioteca, en la cafetería, en la casa, para concluír: “la cosa está jodida. Bien, cambiemos de tema”. Y nos apasiona más una nueva revista que salió (y que edita equis compañero de equis semestre) o el nuevo libro de equis saga que sólo el círculo letrado (mi círculo) es capaz de entender.
Bolaño dijo que otro libro de García Márquez era un ejercicio ombliguista. Los salvajes5 son eso: ombliguistas. Por analogía/transitividad, nosotros lo somos6.
Los personajes de Bolaño son otro paso más hacia una decadencia, quizá el paso definitivo; al igual que la figura del vampiro devino en un ser risible, asexual, completamente urbanizado, cursi7. El humanista-artista se hizo un ser completamente desinteresado por el arte (sólo ansía la fama y la consagración en su círculo) y la humanidad (si no es su amigo, familiar, entrañable conocido, no importa). El humanista devino en humanoide que al criticar al sistema sólo lo reafirma mediante ignorancias de eso absurdo y pedestre: el mundo. Hombres de letras8, sin carne, ni huesos, ni cerebro: sólo letras. El rotundo éxito de meter la cultura de lo eficaz y el progreso a fuerza de lo que fuera para generar ciudadanos valiosos: bárbaros sin capacidad de interés por otros bárbaros ni capacidad de asombro por los sucesos que acontecen; nosotros.

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1 Los real visceralistas caminan “De espaldas, mirando hacia un punto, pero alejándonos de él, en línea recta hacia lo desconocido”.

2 Peter Pan, en realidad es sólo otro niño perdido; el mayor, el líder, sí; pero tan perdido como los otros a quienes pretende cuidar.

3 Parafraseo su parlamento.

4 Si bien, la globalización permite que nos veamos también en la sociedad estadounidence, así como la generación de muchos males; también, nuestra gran indiferencia dejó que esos desastres germinaran.

5 Incluso en el afán de llamarlo sólamente “Los detectives” advierto cierta negación del salvajismo, ¿economía lingüística? Sí, muchos libros se toman por las dos primeras palabras, pero en este caso prefiero tomarlo por el adjetivo final, que describe mejor el contenido del libro.

6 Simplemente, kilos de hojas escritas en ensayos académicos cuyo único lector es el profesor que imparte la materia. En realidad no nos importa qué pase después con esos textos si obtuvimos una calificación aprobatoria decente. Horas de estudios, estrés y lecturas resignados a la papelera de reciclaje, el tachado en esa parte para ocupar la otra página en blanco o, en el mejor de los casos, a una ponencia en la que los asistentes cerrarán los ojos mientras se les lee un ensayo para dormir; ellos tienen su asistencia; nosotros el diploma de ponente. Ejercicios retóricos y de análisis destinados al olvido apenas salen de la impresora o han sido enviados al Inbox del destinatario.

7 Para ver esta decadencia sólo se necesita comparar tres figuras emblemáticas del vampiro para la cultura pop: Drácula de Bram Stoker, The Vampire Chronicles (la saga entera) de Anne Rice y la (popular, pero ridiculizado desde su aparición en el cine) saga de Twilight.

8 Tomo la imagen de un cuento de Michael Ende donde un hombre formado por letras se enamora de una mujer de carne. Asimismo, nosotros perdemos a esa mujer y a toda persona más terrena.

Imante tomada de http://www.sfmission.com/gallery_files/site_pics/San_Francisco/Mission_District/Culture/Mission-Hipster-Bingo-1.jpg

2 comentarios:

  1. Yo conozco a los D.S, pero de Ciudad Juárez, y ellos sí van con el apelativo, desconocía a los que nos describes por este rumbo.

    Saludos y letras

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  2. No tengo el contexto preciso de Juárez. Lo escribí hace meses desde una óptica pesimista y bastante centrada en la FFyL, en mis amigos, en mí (creo que incluso fue después del congreso en Mérida). Desde entonces y aún como lo veo, la cosa no cambia mucho.

    ¿Qué pasa en Juárez? Si decís que el apelativo les queda (Acordate que hago el analisis de los personajes y por analogía lo traslado hacia nosotros), ¿En qué sentido?

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