Dibujo hecho por Suzette/Farizada En su dA |
Mirá
lo que se pone en el cuadro, es algo poco amorfo, tiene pinta rara,
pero trae puesto un moño. No importa lo que sea, ¡trae un moño!
Eso torna la cosa en hermosa y sin importar qué sea, se ve tan mona.
Le reconocés como algo femenino, por ese lindo adorno,
pero seguís sin verle forma, te concentrás en el moño que no tiene
color, lo imaginás rosa, rojo, azul, amarillo, hasta verde; es un
moño multicolor que engrandece la ternura de aquel bichito que mirás
en el recuadro. De pronto ves que tiene antenas, unas antenitas
simpáticas, receptoras de quiénsabequé mensajes o visiones; unas
pequeñas antenitas que salen de lo que debe ser la cabeza y que
sostienen al pequeño moño multicolor.
Con cautela te alejás un poco del moño para ver la
totalidad de la imagen, ves tres patas flexionadas un poco, el cuerpo
quieto e incoloro y un ojo negro con un destello de luz rebotando en
él, hasta el pequeño orificio nasal por el cuál respira. Parece
tener vida, es como si posase para el dibujo, como si se hubiese
quedado muy quietecita para que le colocaran ese brillo en el ojo y,
sobre todo (lo más importante), ese bello moño.
De pronto pillás, ¡es una cucaracha lo que está
dibujado en el recuadro! El moño la mimetiza con perfección en los
linderos de lo más tierno jamás creado. Comprendés lo sublime del
asunto, pillás que la patafísica sirve de algo y que la cucaracha
de bello ojo y tierno moño es lo que ha cautivado a tu sensibilidad.
La mirás en éxtasis evocando su ternura en distintos lenguajes,
«kawai!, ¡cómo mola!
¡jo, que está muy mona! ¡Sí, sí, quiero una para mí, con ese
moño rosa (azul, amarillo, etcétera)».
Le das un click en la imagen, le ponés en guardar y la
cucaracha con su moño queda guardada en la memoria para la
posteridad, mientras en la pantalla, después de la descarga aparece
un mensaje con letras rosa «¿quien
decia que las cucarachas no podian ser monas?».
Jajaja, ¡¡¡¡cómo mola!!!!
ResponderBorrarmirá, pibe, que la he guardado ya.
¡Jajaja, es imposible resistirse al encanto de ese bichito, che!
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