13/3/12

Bitácora aérea

Vista desde arriba, la ciudad parece un microchip. A mayor altura, las partes oscuras se tornan un lago poblado de pequeñas islas-microchip. Uno pensaría que desde más alto se pueden ver mejor las estrellas. No es cierto.

Viajo hacia el sur.
Estoy seguro que si las turbinas no hicieran ruido podría escuchar el bullicio citadino, como Superman orbitando la tierra. But I'm not a hero.

Sé que voy a cientos de kilómetros por hora. Quiero ir más rápido, viajar a velocidad supersónica, luego ir más rápido. Llegar a velocidad luz, entonces ir más rápido. Atravesar las eras que faltan en un segundo, después ir más rápido... Los dispositivos de presión, el material del vehículo, impiden que uno sienta la velocidad.
Recuerdo que una vez me subí a una Caribe, me abuelo pisó el pedal hasta llegar a noventa por hora; yo me sujeté del asiento temeroso por la velocidad. Hoy puedo conducir un auto a ciento veinte y no hay problema, puedo viajar en un avión a más de trescientos y no hay problema, puedo dirigir una nave a velocidad interestelar y no hay problema. No siento la velocidad y quiero/necesito sentirla para que en verdad no haya ningún problema.
Aprieto repetidamente el shuffle. Suena "Aces High" cover de Iron Maiden por Arch Enemy

Esto de viajar por las noches solo es muy curioso. Después de cierto tiempo uno deja de ver las luces; el único universo que existe reside dentro del avión. Afuera es un limbo, una negrura indefinible. Las luces parpadeantes de las alas forman la única frontera que delimita el aeroplano.

Me ofrecen algo de tomar. No sé si tenga que pagarlo después, no me han dado carta de precios ni me han pedido guita. Si no pago, será la primera cerveza que me invita una desconocida.

Una pantalla me indica que volamos sobre el Golfo de México, esa necesidad de saber dónde estamos e ignorar nuestro aquí y ahora. Me pregunto si seré el único que ha visto la nada a través de las ventanas y se siente en una adaptación del Infierno sartreano. Pongo "Ave Fénix" de Saratoga.

La pantalla muestra que la trayectoria del vuelo consiste en una simple línea recta. Así de fácil. Hasta las estaciones del metro tienen al menos una curva. Esa sensación de que a uno le mienten/Eso demuestra que las vías subterráneas del de efe son otra cosa, otro cosmos. Suena "Assassin" de Muse. El sujeto a mi lado juega en su tablet un shooter en primera persona. Se inclina hacia adelante: el asunto va en serio. Es un gamer, sin duda. Apenas logro hacer la relación entre la Roma de Muse y el sujeto: he's an assassin.

Mi novia fue a despedirme al aeropuerto. Ella lloraba, yo lloré. Las despedidas en vivo aún conservan todo su aplastamiento; la vida todavía no tiene su botón de reset ni disco para la reinstalación del sistema operativo. No es bueno ni malo, tiene sus pros y sus contras, sólo es.
Doy un trago, el olor de su sexo sigue pegado a mis manos. Lo disfruto. Dejo la mano pegada a mi nariz aun mientras escribo esto. Doy otro trago, el dolor de cabeza empieza a desaparecer. Pienso en si será mi primera vez que consumo alcohol en martes. Lo es. Hace siete años consumí licor en lunes e hice un examen perfecto; pero, era lunes, hoy es martes.

¿Habrá Wi-Fi en el infierno?

El epilogo: "Don't stop me now" de Queen. Tengo un buen presentimiento.

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