8/12/13

Vías circulares. Sobre "Estación Varsovia" de L. Bugarini


Antes del libro de Bugarini, quizá escuche alguna vez el nombre “Varsovia” como referencia a algo localizado en alguna parte lejana de Europa, una especie de pueblo mítico resistente al tiempo. En efecto, Estación Varsovia me confirmó esa ligera sospecha: la descripción de las calles y la atmósfera permanentemente gélida, y las fotografías (tomadas por el mismo autor) muestran esa tierra lejana (en todos los sentidos) como una geografía que, de la misma forma que Latinoamérica, se ciñe a su propio cosmos; incluso, el tiempo corre distinto ahí.
Varsovia ocurre justo como una simple estación en todo el recorrido. El protagonista de la novela la ocupa como un stand by en su vida (aunque sólo consista en una parada durante un viaje de trabajo). Quizá fue la atmósfera gélida y estática o la geografía, pero la novela me trajo ciertas remembranzas de Kundera.
Cerca del final del libro, aparece una frase (“En la antigüedad los hombres buscaron en el firmamento las respuestas, y era tiempo de hacerlo de nuevo”) que me recordó a Luckács (“¡Bienaventurados los tiempos que pueden leer en el cielo estrellado el mapa de los caminos que están abiertos y que deben seguir!”).
Estación Varsovia detiene al tiempo para regresar de la inconcreta linealidad a la infinita y bien delimitada circularidad de lo cíclico. El final de la novela me lo confirmó: M. (parte importante del pasado), ebria, llama al protagonista: “Nada acaba nunca” (Dr. House). Un regreso a la espiral con todo lo que ello implica: lo bueno y lo malo; lo que, en términos de Kundera, sería una existencia con peso, por lo tanto el cierre de “la trampa” (según la define en El arte de la novela).
Me confirma lo que dice Baudrillard sobre supuesto fin de la historia: “nada acaba nunca” tan sólo pretende que se termina: ya porque regresa un poco a lo cíclico (como en el libro de Bugarini), ya porque finge su propia muerte en ese quedarse quieto, y uno ni se entera.

Ficha del libro: Bugarini, Luis, Estación Varsovia, México: Sediento, 2013, 79 pp.

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