12/2/13

Mozilla* Experience

Nocilla Experience, una novela compuesta por viñetas, breves saltos gigantes de continentes a épocas a lugares a vehículos... La relativa brevedad de los capítulos que narran historias aparentemente inconexas se asemeja a los textos integrados en los ciclos cuentísticos1.
El texto no se compone de minificciones, quizá de brevedades interrelacionadas (todas y cada una, a veces por el detalle más insignificante, como los presos de los nazis que jugaban parchís –ese lugar consagrado a tal juego, Jota y Sandra– con unos dados cuyos números se veían borrosos –Ernesto que los recoje y los mete junto con unas tapas de una biblia2– ); diferentes historias simultáneas y, de algún modo (casi cósmico), entrelazadas no sólo temáticamente sino (dentro del universo ficcional) físicamente3.
La visión del narrador permite ver un mundo fragmentado-unificado. El lector, como si fuera el Dr. Manhattan4, puede ver todo lo que pasa en el globo, aunque de manera seccionada y sin la certeza de poder observar todo lo que pasa (y no sólo lo que nos incumbe)5. No sólo este medio permite ver la vida así. La televisión, las redes sociales consisten en microscopios (microcosmos) que develan los nuevos mecanismos de interacción humana (igual que la relación lector-mundo narrado): por partes. El ego se secciona y libera al estar en las redes sociales; no mostrar la cara, cierto anonimato, permite al usuario darse rienda suelta al momento de comunicarse. El televisor genera un sentimiento de lejanía con la realidad (todavía mostrada por breves espacios sincrónicos)6. En internet, el ejemplo preciso (considero que) sería Twitter. No más de ciento cuarenta caracteres para decir algo (cualquier cosa). Obliga al usuario dar una sección breve de su realidad inmediata; lo cual provoca que el lector todavía tenga otra concepción aún más fracturada de lo que el primero quiso decir. Pero así parece la existencia ahora (un perpetuo zapping, con música de fondo a más de 250 bpm, sin cortes comerciales); donde televisión e internet, vida artificial/virtual, como mímesis y la literatura como la deconstrucción de la realidad; de todos los espejos que permiten ver el proceso vital fraccionado, el libro parece una película en stop motion.
El mundo (así, globalizado), irónicamente, está más roto que nunca. Por ejemplo, los juegos on-line; uno puede tener una partida de videojuego a las doce de la noche contra alguien en Japón, China, Alemania, Ucranía o algún otro país más recóndito, más desconocido, y la diferencia con jugar contra la I.A. de la consola sólo consiste en un acto de fe de pensar que hay alguien al otro lado de la conexión inalámbrica; la temática del juego no cambia: alguien debe ganar, el otro debe perder y yo soy quien debe derrotar al otro sea quien/lo que sea. Asimismo, las partidas son breves, tenemos un tiempo límite y el resultado queda registrado “para siempre” en la memoria de los archivos del servidor. Se acaba la partida e inmediatamente se inicia otra: gamers en serio, gamers en serie7.
Todo va tan rápido. Todo debe ser corto para poder pasar a lo que sigue; y, de lo que hay en esos momentos, nada queda (ni el horizonte), todo se pierde: “El single perfecto dura menos de tres minutos y al día siguiente no se vuelve hit”, incluso el mismo día se olvida por otro (también perfecto, de casi tres minutos). No queda nada. La cultura del reciclaje nos llega demasiado tarde, cuando la vida convertida en producto desechable ya la tiramos, con todo y empaque, sin haber comido siquiera la mitad. No hay segundas oportunidades (Maleva que no abre la puerta y esa oportúnidad con ella, la primera y la última; mejor no ver el horizonte para evitar el segundo aire de vida).

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* Mozilla Firefox: Navegador de internet de licencia freeware (gratuita).
1 Vid “Estrategias para leer textos integrados” de Pablo Brescia y Evelia Romano en El ojo en el caleidoscopio. Difusión cultural UNAM. pp. 7-43. Se refiere, en este caso, a textos de narrativa breve (cuentos cortos, minificciones, etcétera) que mediante algunos detalles muestran intertextualidad o pueden ellos mismos contar una historia juntos (aunque fungen también como historias independientes una de otra); el caso más próximo que se me ocurre es La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos de Carlos Fuentes.
2 Que también permite pensar esa frase de Einsten “Dios no juega a los dados”.
3 Miniobjetos-Delorean (Back To The Future) que llevan al lector (no a quien toma el objeto) a un pasado o futuro, a otro lugar a años luz o en la esquina de su casa.
4 Watchmen.
5 Mejor dicho, con la certeza de ver sólo lo que nos incumbe y no todo lo que pasa.
6 Lástima que ellos sean realmente el simulacro de visión del personaje de la novela gráfica Watchmen (el Dr. Manhattan): vemos lo que otros creen que nos debe importar sin siquiera preguntarnos y nosotros lo aceptamos como un pacto de lectura para inerpretar una realidad cuyo centro más desgarrado (ese que sí nos importa) no nos dejan ver porque ¿no estamos listos para ello? ¿Porque no es algo que deba preocuparnos pues se solucionará solo? ¿Porque temen perder público cautivo y por lo tanto rating, ventas, dinero? ¿Porque ellos mismos lo ignoran o creen que en verdad carece de relevancia?
7 Pero en este videojuego no hay vidas extra. En esta arcade depositamos nuestra única moneda y, de traer más, seguro la pantalla pintaría “Game Over. Credit(s) 0. Please, don't insert coin” (Juego terminado, Crédito(s) 0. Por favor, no inserte una moneda) [En las máquinas de arcade, cuando la partida termina, genralmente aparece la leyenda “Game Over. Credit(s) 0. Insert Coin (Juego terminado, Crédito(s) 0. Inserte moneda. La traducción es mía].

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