30/10/15

Farewell by Kamelot (ft. El Conde)


Hello, darkness, my our old friend, I’ve We’ve come to talk with you again
The Sounds of Silence

If this everchanging world in which we’re living makes you give in and cry
Live and Let Die

In memoriam E.C.

Apenas ayer nos encontrábamos entre asustados y divertidos con la imagen de un cadáver desollado, ¿recuerdas?
Cada año, sin ponernos de acuerdo, lanzábamos las mismas piedras a los mismos blancos. Los dos, desde puntos muy distantes, nos observábamos de orilla a orilla. Lo admito. A veces te veía como un espejo mío, quizá la ropa y la música, quizá esa mirada de túnel que promete algo más allá al final. Me parecías el reflejo de lo que yo habría sido si hubiese tenido la oportunidad (si me hubieran crecido los cojones un poquito antes).
Ahora despierto con una llamada telefónica, la voz me dice que tú serás la siguiente imagen que rondará en los muros de esa ciudad; todos tratarán de buscarte a fuerza de memoria y fotografías, aunque saben bien dónde estás: tu tumba, afortunadamente, tiene nombre.
No sé por qué me afecta tanto si ni siquiera éramos tan cercanos. Pero había algo de complicidad, cierta camaradería en esos breves gestos que eran como golpecitos en la espalda.
Me pesa por ella, te quería un chingo. No sé cómo lo esté tomando ahorita, pero seguramente nada bien. Si la conozco lo suficiente, sé que ella no enunciaría palabras, diría que no lo vio venir y que sí, le pesa, pero hasta ahí (aunque por dentro ande mal, por un asidero a la tierra que se pierde).
Nunca sufrí la muerte de un amigo (es decir, cambio de amistades con frecuencia y, en todo caso, los que restan, siguen vivos). Pero a ella le ha tocado más difícil esta perra vida. Imagino que, en parte, a ti también (uno no escoge este camino de a gratis, ¿verdad?).
Algo me dice que tú también la querías bastante, a ella y a todos los que justo ahora padecen tu descanso.
Podría ponerme chairo y decir que hora afinarás tu guitarra con los Ramones, con Cobain, con Hendrix; que tocarás tus rolas con esos artistas malditos y muertos, reglorificados en el canon cultural; que ahora aprenderás de Mozart y que juntos se burlarán de la sordera de Beethoven. Pero no, ese no es mi estilo (ni el de ella).
Podría ponerme de humorista negro y decir que si tus amigos en verdad te aprecian, buscarían las esferas del dragón o se arriesgarían a la transmutación humana. Pero no, quizá para ellos es muy pronto todavía.
Sería genial que hubiera Wi-Fi del otro lado. Deberías venir de visita algún día.

Ahora que lo pienso, quizá te fuiste en el momento adecuado. Perfect timing, you know? Quizá te largaste justo antes de que empezara todo y te salvaste sin querer (sin deberla ni temerla) porque de algo estoy seguro: la de malas nos habría tocado. Apenas inicia el declive y el concierto fue una pifia (además, hacen encore los desgraciados). Es el festival infinito de las mierdas danzantes; la parodia de un proyecto caótico y extraño que nos auguraba la destrucción bendita de la civilización (Apocalipsis2.0 en formato .exe y .dmg).
Sí pero no. Te salvaste, pero abandonaste muy temprano la fiesta. Lo peor/mejor estaba por venir. El destino te cambió los carriles de forma imprudente (como microbusero) y te saliste del camino.
Quizá la eternidad te siente bien. Ese eterno vacío donde tu silueta asciende, ya te tocarán puras upgrades si no te mandan a la papelera de reciclaje o a esos archivos olvidados en carpetas “organizadas” e infinitas.
Tu cosmos arde. Te fundiste en uno con el universo. Ahora también sos parte de la fuerza.
Nos veremos en el infierno, che, apartame un lugar.

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