Un
café solo, por favor.– Solo. Sin leche, azucar, ni nada
parecido.– No, sencillo.– Americano, como siempre.– Ya me
conoces, ¿no?.– ¿Entonces?.– Venga, tráelo ya. He visto que
los tienes preparados desde hace rato.– No lo quiero grande, jumbo
o con extrasabor; sólo un café americano sencillo, de esos que
tienes listos ya.– No mientas, sé que no está frío: veo el humo
escaparse por la tapa.– ¿Qué es ese ruido? ¡Otra vez la maldita
campana! ¿Por qué no la quitan? Siempre repite lo mismo: ¡Hora
de la medicina! ¡Hora de la medicina! ¡Personal de enfermería,
favor de dar la medicina a los internos!