22/1/12

Respuestas [y aforismos] que he deseado dar, pero no quise/pude dar 1 (bis)*


Prólogo:

Kilngemann me enseñó muchas cosas, una de ellas: la risa (de todo tipo) es la mejor arma contra los infortunios del destino cualquiera que estos fueran. Asimismo, me enseñó que la locura sólo consiste en perspectiva y que “si la cuestión depende de la mayoría estoy [y anexo “estamos”] perdidos”.


Introducción:

– No se alarmen, no ha pasado gran cosa. SOPA, PIPA, ACTA. Pensábamos que serían un problema, pero no, no pasa nada; en todo caso es rollo de U. S. A.; no es nuestro problema.

– Cerraron MegaUpload.

– Mierda...


I. Muchos años después, en frente del ordenador, el Conde del Infernáculo habría de recordar la tarde en que aprendió a descargar música.

– ¿Me pasas ese disco?

[Trollface] – ¡Claro! Dejá te lo subk a MegaUpload.


– No es tan malo, sólo fue un sitio. Todavía nos queda Mediafire, Rapidshare...

– ¡Shhht! No digás más, ¿no ves que se van a enterar de que existen?


– ¡Ya viste! ¡Crtl + C Ctrl + V es una religión!

– ¡Ya sé! Digamos que estos servidores de archivos se derivan de una creencia católica en la que perdonamos narcotraficantes a cambio de sumas considerables de dinero y que también violamos niños y los derechos del otro, quizá así detengan esta estupidez.


– ¿Por qué esa cara, hijo?

– Cerraron MegaUpload

– ¿Y eso es importante?

– No es algo como la muerte del Papa o un atentado terrorista contra cualquier nación, ésto sí es importante, es un ataque directo a millones de personas, es una violación al derecho a la felicidad (o a acercarse a algo que se le parezca).


– ¡Arriba las manos! ¡Es la IMPI!

[Me susurra mi colega mientras nos echamos al suelo con las u-ese-bés en los bolsillos] – ¿IMPI? ¿Los de marcas registradas?

– No, Imbéciles Mama-Pollas Impotentes.



II. Leyes tan lógicas como la siguente érrata.

– ¿Creíste que SOPA era algo malo y que en México no pasaría algo similar porque son unos ignorantes del internet? Te presento la ley Döring.

– Al menos no nos equivocamos en algo: en México son unos ignorantes del internet.


– Este tipo de leyes sirven de algo, promueven nuestra creatividad, a ver si ahora sí hacemos algo completamente original.

– Momento, ¿su ley no es copia de otra? ¡Ellos deberían ser los primeros tras las rejas entonces!


– Sería lindo vivir en Asia.

– Alegrate, pronto nos volveremos China.


– Vengo a registrar una obra.

– Su obra ocupa el tópico Locus Amoenus, ¡arréstenlo!


– ¿Me da una Coca-Cola, por favor?

– ¡Shhht! ¿No ve que es marca registrada?


[Döring en junta] – Tengo una nueva gran idea. Miren esta ley.

– Señor, esto es justo lo que usted quería detener hace tiempo.

– ¡Exacto! Yo quería el crédito por ello.

– ¿Es en serio?

– ¡Obvio no! Es una “ley irónica”, ¿no lo cachas?

[Mutis general]



III. Brevísima relación de la destruición del internet.

– A los políticos imbéciles se les debe tratar como a los zombies de cualquier videojuego


– Hace años que a los de arriba les valen madres los de abajo, ¿por qué deberíamos pedir que no hicieran cosas? ¡Derribarlos! (Punto).


– Con leyes como SOPA y Döring más tanto hipster se pondrán buenas las demandas por derechos de autor.

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*Como esta formulita de diálogos-viñeta me resulta excesivamente cómoda para desahogarme (algunas veces con trágicas consecuencias), creo que empezaré a sacar ciclos satíricos: otra vez desde el 1. Esta ocasión con un fin un poco más prágmatico que el de burlarme de mis colegas, compañeros, amigos, seres queridos y mí mismo. El fin principal se mantiene, la burla a Todo, completamente Todo y todos, ojalá en las próximas no hiera sensibilidades; supongo que será bueno pensar en “editar” antes de subir los que escriba en un arranque de ira maniática y autodestructiva.


[1] Imagen tomada de: http://www.deviantart.com/download/269880004/stop_sopa_by_tobibrocki-d4gogqs.jpg

18/1/12

Bio-loop

Las reincidencias constantes de objetos precisos (cosas que no se pueden ignorar ni a fuerza de Alzheimer) causan pánico. Freud ya lo había dicho. Un número repetido, un sueño reiterado, un algoritmo de iteraciones, si están formados a base de impactos aplastantes, resultan terroríficos.

No se necesita mucho para ver los pretextos usuales plantados frente a la nariz que parecen ilusiones nacidas de un espectrograma, espejos contrapuestos o un mal chiste (uno de humor negro) con los tragos suficientes encima (y ya sin cigarrillos).

Por ejemplo, ese nombre de una ciudad que se te muestra primero en un libro y luego en una estación de metro. Sin saberlo, ya ha marcado un camino. Ese nombre de ciudad te persigue sin que te enterés, porque en esa estación de metro besaste a una chica que tiempo después botarías frente al colegio sin saber que eso era lo que ella deseaba, que ya le dijeras adiós; y en esa misma estación te encaminaste una vez hacia un patíbulo rodante, una camioneta donde sonaba el Himno Nacional Mexicano de fondo, tu novia (de esa entonces) dirigía a la orquesta y te humillaban con el regaño por la hora, la tardanza, la promesa del castigo, etcétera, etcétera, etcétera. Curiosamente, no sólo el nombre te lo topás, sino el libro también y de nuevo te marcan: sos la vaca del rebaño que ese pinche nombre tiene. Sustantivo Propio.

Y lo querés mandar a la chingada francamente, pero sólo hoy. Mañana [al rato, en unas horas quizá, te reconciliés con él y le ofrezcás –como siempre– tus servicios para enaltecer su leyenda y afirmar que todos los que hemos sido abrazados (cambiá la zeta por ese a placer, al fin acá las dos se dicen exactamente igual) por sus sílabas hemos tenido harta suerte].

Ya, lo del nombre de ciudad por un lado. Luego, el nombre de ese otro libro que tantos problemas te ha dado. En realidad no es el título de un libro, sino el que llevaría pero, en su lugar colocaron algo más occidental, menos oriental y al camino de la tierra al cielo le quitaron la mandala. El nombre se te repite como no tenés idea. En la sopa, en los anuncios, en el suelo ves pequeños cuadros pintados con gis, en el centro su respectivo número. Vos saltás cada que los ves. Es más, te gusta eso, que aparezca y se reproduzca. Vos le colocás los espejos para que salgan más y el salto en sí mismo se multiplique hasta la náusea, hasta el cuello, hasta el copete, hasta la madre. Esa aparición constante (una al lado de la otra) nunca te había sido molesta hasta el día en que apareció con (no como) el nombre de ciudad.

Supiste, desde que bajaste del andén de la línea del metro que tiene ese nombre de ciudad tan descarado, que saliste del STC para encontrarte al destino (propio o ajeno, no importaba, destino al fin); con una mujer a la que hace años no ves, con un amigo que ya extrañas, con un balazo en la cabeza. Esperabas algo físico, algo tangible (preferiblemente una de esas minas que no ves hace rato). Pero, como siempre (y como nunca) te tocó lo abstracto en lo más concreto del pecho. Y los nombres se te multiplicaron; con ellos los sucesos. Piedra, tras piedra, tras piedra, chocando aplastante. Un pequeño sepulcro metafísico en el que te guardaban.

Caminaste como loco por las calles mientras observabas todos los demás signitos que te habían bailado en el culo años atrás, pero vos sólo te rascabas: primate ignorante de que “Dios no juega a los dados” (y sí, che, te entiendo, Dios y vos tienen una relación rara de deicida y víctima, de amor-odio según nos dice cierto ex-médico). Te lo encontraste todo. El colmo fue no haberte dado cuenta antes. No entendías; quizá ahora sólo sobreinterpretás. Ni puta idea; aunque, vaya que te ensartaron.

Sin embargo, la repetición tiene su cura en el exceso (ojalá). Ahora, en estas épocas posmodernas, todo nos parece tan gastado, tan de olvido, que cuando llega la muerte de visita incluso pensamos que ya ni eso vale la pena. ¿Hasta dónde hemos llegado, si es que un día realmente nos movimos?

15/1/12

Cronomorfosis

De nada sirve anotar las horas o los minutos. Los relojes resultan perfectamente inútiles cuando se puede medir el tiempo en tragos de licor, canciones escuchadas, programas de televisión, páginas leídas o cualquier otro sistema de medición alternativo.

Supongamos que uno ve los números o las flechas del cronógrafo más cercano en turno. Su veracidad es dudosa, puede estar adelantado, retrasado o sincronizado con los de otro país u otro planeta. Honestamente, ¿uno cae en esa triquiñuela pícara de llegar a tiempo? El tiempo así es una idea idiota e insuficiente.

¿Por qué no medirlo por las galletas devoradas en el transcurso del día? ¿O por los cafés deseados, pero que jamás serán servidos ni bebidos? ¿Para qué cumplir años? Los números sólo incrementan las cosas, las parecen serias, rígidas, inamovibles. Por ejemplo, puedo decir francamente con horror “hace tres días que sé nada de ella”; no suena tan terrible, tan copioso ni tan dramático como decir “hace doce paquetes de galletas con cinco tazas de café y dos cigarrillos que no sé de ella”.

Incluso, contabilizar los momentos por otros medios resulta más interesante en sí mismo: se pueden contar por el número de chicas pelirrojas, musas de pensamientos poco decentes; por los lunares indiscretos sobre espaldas o cuellos que se asoman desde escotes (des)afortunados de féminas; por los besos deseados, los besos concedidos; igualmente con los abrazos y las miradas cruzadas/chocadas con desconocidos/desconocidas.

La vida parecería más divertida al decir “el viaje en tren dura de doce a veinte lunares en diez o quince minas pelirrojas, rubias o morenas (el color del cabello es variable, así como la localización de dichos puntos cutáneos)”.

Además, medir tan aburridamente el paso de aquello permite creer que no pasará nada extraordinario, despoja todo aquello maravilloso (capaz de ocurrir u ocurrido) de esa sustancia grata de las improbabilidades posibles. Los eventos cotidianos quedan reducidos a todo lo excesivamente común, al grado de colocar a la física cuántica como un elemento fantástico más del imaginario popular.


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Imagen tomada de http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQcIYJMCAKWaJjVjnb5uuOcP-hqvODCGcivyOMUilSR0eqb-HhI

Este texto también lo pueden encontrar en mi deviantArt (dar click en Mis obras completas)

11/1/12

Soy La trucha de Schubert que escucha Jack

I –Geometría analítica: segmentos para-lelos

“Cada quien en su línea está bien”. Esas fueron sus palabras y me sentí como un pésimo equilibrista sobre una cuerda floja tendida entre dos edificios considerablemente grandes. “Yo saldré a buscarte” (hizo eco una película sobre un cuarentón – o-algo-así – que teme a su vejez y que le dice a ella unos versitos de Huidobro «si tu murieras/ las estrellas a pesar de su lámpara encendida/perderían el camino/¿qué sería del universo?»), eso hubiera sido perfecto, literatura pura, pura tura; escucharlo o decirlo, no importaba: parecía necesario en el instante. Pero, nadie saldría a buscar a nadie, nos quedaríamos parados sobre nuestras respectivas líneas (siempre euclidianamente paralelas, con la certidumbre de no tocarse a menos que tendieran a infinito y, aún así, sería mera posibilidad; nada probable, sólo la consciencia de un escenario plausible, pero no más realista que los demás). Dos universos que sólo convergen sobre el otro para saludarse, ver una película mala, tomar café enlatado y despedirse.


II –Invierno de Vivaldi (Ft. Subliminal Verses)

¿#Esemomentoraro en que te sentís expuesto, che? ¿O debés interpretar que lo pregunta porque no sabe? Sabés que esas dudas arremeten contra todo, pibe, es uno de tus grandísimos defectos.

Cuz' I know”. El estatus cultural se mantiene, pero la consecuencia no cambia: I feel cheap. Puedo interpretar mil cosas esta noche; interpretar, por ejemplo el reclamo territorial sobre esta patria de piel tan apátrida, el llamado de atención, la migaja de pan que sigo y sigo y como ¡y cómo!


III –Back to Basics

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo” (Borges). Uno gasta la frase tantas veces a tantos rostros y tantos nombres como el sentido cuadre sin darse cuenta que el peso se desvanece como los granos de arena de un extremo del reloj al otro; pero aquí no hay giros que enmienden, el reloj detiene su curso y calla y muere.

Como siempre, “El nombre de una mujer me delata/me duele una mujer en todo el cuerpo” (ídem), pero ahora, ¿qué nombre?


IV –¿Oh, qué será?

Anda suspirando por las alcobas”, suspira vahos terribles, tremendos; va por los suelos, se arrastra de cabeza a pubis y visceversa. Toca mi boca, con la punta de un dedo toca el borde de mi boca mientras su voz horrenda escupe “Why so serious, son?”. Pero ni yo lo sé. «Usted ha recibido un correo nuevo» (interpretación unívoca del dibujo de la carta en la ventana de messenger con un uno en frente). Dos pluck que me anuncian dos diálogos en facebook.

... Algunas integrales deben ser calculadas con dos funciones en el rango AB donde A y B son dos puntos de ambas funciones en los cuales éstas pueden intersectarse o no. En este ejercicio, ambos puntos se conectan. El siguiente paso es generar un sólido de revolución.

Vive en las ideas de esos amantes”, ¿esos acartonados? ¿esos de fórmula directa? ¿los sin ingenio? ¿los adictos a la imitatio cum variatione? Y no. Otros tantos tópicos gastados hasta la náusea, hasta ver ese bosque de vergas que pican las aves para hacer fluir semen y sangre.

... Los sólidos de revolución se generan al girar las funciones dadas al rededor del eje de las equis, no importa, son los puntos de las integrales definidas se intersectan o no.

Ningún aviso lo podrá evitar”. No importa cuánto grafiqués, cuántas variables considerés, siempre habrá un resultado que sólo pronostica la curva de la campana. Caerás en el túnel de gusano inevitablemente y bajarás escaleras por costumbre.

... Continuar con los ejercicios siguientes, si hay problemas revisar el complemento de libro (ver el ejercicio 19a V, p. 62).

Y tampoco los besos puedan desafiar”. No kiss. “I was [not] made for lovin' ya, baby”. No kiss, no snapshots, no memories, no mementos, nothing but a letter.

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Imágenes:

I.-http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTkyz1cVV_BGFNY4mEBF_n4Izdt6BIgafAATwzVST2MWbvOHn8V0w

II.-http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSvkrXjUgjWWWFHQJLg1g_MsY8kMSR7y7Gz1SErmsBsibkg1UTl

III.-http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQ0u5tHLU-rjLmk11p53klPUhbWQjKF0ImB5S4uXy_gKcdfV90xKW09cwwNkg

IV.-http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQVArpV9h6-vCMNKFYR0oOWpH_D9O1uw_k7cwVJOLfwx7u-IoVpVQ

7/1/12

Malos vicios


A pesar de la supuesta preparación y de la consciencia que se tiene sobre los espectáculos deportivos, no podemos negar las cruces de nuestra parroquia: la mía, pintada de un azul glorioso, es de esas tan criticadas por los supuestos intelectuales de nuestra época: Football Soccer.
Soy adicto a los partidos, cuando se da la oportunidad veo todos los que transmiten en la jornada, los de la UEFA, la liga alemana, la liga española. Algunos, a altas horas de la madrugada, sirven como excelente somnífero.


El partido de ahora: Cruz Azul vs. Tigres (los cementeros son locales)
(Lo que queda del) Primer tiempo

Primer partido que veo en este 2012. Lo esperé durante toda la semana, sería el primer opiáceo para taimar un poco los últimos acontecimientos harto insípidos. Me he perdido casi todo el primer tiempo, pero aún llego con suficiente antelación para el juego.


Medio tiempo.

La Máquina le gana por un tanto al actual campeón del fútbol mexicano. El partido hasta ahora ha sido lento, aburrido en realidad; supongo que era de esperarse para la primer jornada del torneo.
No debería ser así, nada debería ser así nunca: la tradición de la filosofía diaria nos propone enfermizamente que cada inicio de algo sea con todo el ánimo, con el tanque de gasolina lleno y pisando el pedal a fondo. Desgraciadamente el balompié nacional refleja claramente el espíritu mexicano: (el primer partido) el arranque, soso, decepcionante, aburrido, con la resignación en la cabeza por culpa de la presión. Resulta comprensible que el estrés cause estragos, pero deberían motivar, empujar hacia el frente –aún con el riesgo de tornarse un Red Lantern– ; mínimo, deberían causar reacción alguna en el individuo, una diferente a agachar la cabeza, especialmente Aquí.


Segundo tiempo.

Tigres empata el marcador. Los felinos dominan el partido y los cementeros parecen más bien hechos de ceniza. Omar Bravo sale del partido, la nueva contratación no ha funcionado hoy. Tito Villa y Chuletita Orozco abanican el mismo centro, fallan el gol del triunfo; se antoja a augurio de lo que pasará en el futuro. Nosotros (la afición) seguimos donde siempre (en la tribuna, detrás del televisor, con gritos y quejas,) con la esperanza en el pecho, esperanza que ya se nos antoja rota desde ya.

Final de partido, interesante. Dos minutos extra. El alargamiento de la esperanza, aunque no en terminos nietzscheanos: no prolonga la esperanza; no se puede alargar lo que no existe. Este partido que termina en empate tiene el sabor de fracaso. No importa que el rival fuera el campeón, era un partido nada más, uno con localía que debía estar en la bolsa. Un empate en casa, una derrota.

El placebo no funcionó; como siempre el fútbol se torna espejo fiel de lo que pasa, del devenir de los meses hasta acá. Sin embargo, allí estaremos, mintiéndonos con decir que somos de la realeza por tener sangre azul. Y mentimos y sí, la tenemos. Sí, este conde tiene la sangre azul, azulísima; tan azul que se cae de morado.


6/1/12

En el principio fue mi verbo


Al fin terminé el diseño de la página.

Otro blog que inicio con el fin de mantenerlo a flote. Actualizarlo constantemente, meterle más cosas, cosas más interesantes. Hacer más que sólo la ocasional visita cada vez que me acuerde. Un blog cuya finalidad la escribo para acordarme cada vez que entre: disciplinarme. Ni idea de cuántos lo vayan a seguir: la letra escrita pierde seguidores. Entramos en la época de la imagen y el audio, donde el video y el podcast tienen su boom tan cómodo para masificar información, entretenimiento, eso llamado cultura y otras cosas más.

¿Qué aparecerá aquí? Ni idea.

Toda primer entrada funciona como introducción. Podría decirse que un libro es un blog y su primer capítulo (ese que inicia con un título grandote que pinta “Introducción”, “Prefacio” o “Prólogo”), la primer entrada.

Lo que regularmente aparece en mis blogs consiste en desahogos, poemas y cuentos que también se encuentran en mi deviantArt (click en Mis obras completas), datos curiosos, una vez me dediqué a subir reseñas y críticas literarias, chistes, sátira, videos, documentos en pe de efe y lo que se me vaya pegando en el camino.


Comenzamos.